Sumerian Six, estrategia, Nazis y poderes.
Analizamos el último lanzamiento de Devolver y Artificer. Un juego de estrategia ambientado en la Segunda Guerra Mundial, pero con fantasía.
ANALISIS INTERNACIONALES
Cada uno con su deber
En mí infancia/temprana adolescencia hubo un juego que me voló la cabeza, como seguro le habrá pasado a muchos más. Este era el Commandos, un juego de estrategia que jugaba de manera entrecortada porque no tenía PC pero si me pasaba horas en el cyber jugandolo. Me parecía increíble la mecánica de tener un pelotón, en donde cada soldado era especialista en un área y a partir de ello planificar misiones para derrotar al enemigo.
Ya de grande nunca pude volver a jugarlo, o algún título similar, pero cada vez tenía más ganas de disfrutar algo similar. Pero, aun habiendo gran exponentes en estos últimos años, no me adentré en el género.
Es por ello que cuando vi el Sumerian Six inmediatamente me llevó a esos bellos recuerdos. Y esta semana pude jugarlo, como en aquella tierna adolescencia, volví a disfrutar de un gameplay lleno de acción y estrategia.
El juego llega de la mano de Devolver,y desarrollado por Artifecer, un estudio polaco, siendo este su segundo juego comercial.
La trama nos lleva a la Segunda Guerra Mundial, e integramos el escuadrón enigma. Un grupo secreto compuesto por varios científicos que hace años venían investigando sobre el Geiststoff, un mística sustancia con propiedades increíbles pero muy inestable y peligrosa.
Hans Kammler, un ex compañero de nuestro escuadrón, continúa las investigaciones detrás de esta sustancia, trabajando para el Tercer Reich. Es nuestro trabajo descubrir cuales son sus planes y evitarlos.
Toda la trama es muy interesante y está extremadamente bien contada con imágenes estáticas que se ven como pequeños cuadros. Pero lo más importante es la jugabilidad y es ahí donde Sumerian Six hace todo bien.
Cada personaje jugable tiene diferentes habilidades que nos ayudarán a matar cuánto nazi nos crucemos. Y estas son tan efectivas como divertidas de realizarlas. Estas habilidades van desde un cuchillo hasta poder convertirse en un oso gigante para asesinar a los enemigos más duros mucho más rápido.
En los enemigos también hay un gran punto a favor del juego. Los soldados cuentan con rangos militares y eso cambia la actitud que tienen frente a nosotros. Los de más bajo nivel son sencillos de engañar, mientras que los altos mandos tienen algunos poderes que serán mucho más difíciles de evitar.
El título se maneja completamente a través del sigilo. El objetivo es realizar diversas tareas, para cumplir nuestro objetivo, sin que detecten nuestra presencia. Por eso será importante ver donde dejamos los cadáveres para que no sean descubiertos. Sin embargo, cuando salta la alarma tampoco hay tanto problema. Duran entre 30 y 60 segundos dónde el ejercito nazi nos buscán por todo el escenario. Aunque si logramos estar a cubierto, luego de ese tiempo desisten de encontrarnos, y podremos continuar de manera normal.
Por ahí, eso creo que es un punto flojo del juego. Me hubiera gustado tener que ser si o si invisible, sumado a que la alarma sólo funciona en el área de pertinencia. El resto de NPCs en el mapa no parecen estar enterados del peligro.
Por otro lado, la visión de los enemigos es bastante acotada. Muchas veces podés pasar casi al lado sin que te detecten, algo que es útil pero creo que también es un poco facilista y poco realista.
A nivel mapas, son muy grandes, con gran cantidad de enemigos y trampas. Un nivel nos puede llevar entre 2 y 3 horas de juego entre que vamos cumpliendo las misiones y pensamos la mejor estrategia para avanzar. Y en mi experiencia ese tiempo se pasa extremadamente rápido. Estamos obligados a estar todo el tiempo atentos a todo lo que nos rodea.
En definitiva puedo decir que lo bien que la pase jugando es suficiente para recomendarselo a cualquiera. Pero debo ser honesto en este punto, tal vez si buscas un título de más acción, este no sería el caso. Ahora, si disfrutaste alguna vez de Commandos o querés una experiencia de estrategia en tiempo real con alguna vuelta de tuerca, ni lo dudes.